Esta semana cumplimos el objetivo de los 4 días de entreno, dos de asfalto y dos monte, pero dedico uno poco menos de tiempo del que estaba previsto (sólo 8 horas 5 minutos). Salen 169 km, 1.900 m. de desnivel y 3350 calorias. Los ritmos bajos, como las fuerzas.
Todavía no me atrevo a acompañar a ningún grupo durante la semana por aquello de que no me tiren de la lengua, más que nada porque no estoy ni para perseguir. Así que la soledad manda.
El sábado, salida en solitario en busca de los Globeros a la contra (salgo tarde y bastante perjudicado. El viernes tocó comida de empresa y ya verás tú lo que pasa....). Me dejan subir y bajar el garruchal y cuando me cruzo con ellos, camino de la Tercia, vienen los primeros con cara de pocos amigos. Los dejo pasar, ni los miro. LLega el segundo grupo. Bueno con estos iré mejor, pienso. Me uno a ellos, pero les entra la manía de intertar cazar a los primeros. ¿Pa qué ?... No se. Bueno sí se. Es lo típico de cuando se junta más de uno.... Pregunto si falta gente por detrás y decido esperarlos. Hasta estos también se sacuden subiendo el Garruchal. !!!Joder Macho, no hay manera de ir tranquilo¡¡. Al final nos quedamos Noguera, Jose el Joyero y un servidor.
El Domingo nueva ruta montañera, con más camino ancho y menos senda que la pasada semana. Pero igualmente entretenida. De vuelta, y esta vez sí, me quedo a la cerveza.
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